Asociación entre preeclampsia y enfermedad
renal crónica.
Grecia
Carranza
La Preeclampsia se define como la aparición de
hipertensión arterial y proteinuria después de la semana 20 del embarazo, en
donde el tratamiento definitivo es la finalización de la gestación, y hasta
este momento se deberán tratar farmacológicamente las formas graves. En la
gestante, puede complicarse evolucionando a una eclampsia, o puede manifestarse
con el grave cuadro de Síndrome HELLP, pero también en forma de hemorragias
cerebrales, edema agudo de pulmón, insuficiencia renal, etc. que explican que
sea una de las cuatro grandes causas de mortalidad materna incluso en países
desarrollados, incluido El Salvador(1).
La preeclampsia siempre afecta el riñón ya sea
llevándolo a insuficiencia renal aguda del 1,5% al 2% de las pacientes que la
padecen, dentro de las cuales hasta el 83% (2) puede llegar a necesitar de
diálisis, ocasionando afectación a largo
plazo, pues una de las repercusiones inducidas por la preeclampsia a nivel
renal es que se ha observado aumento de los valores de microalbuminuria hasta 5
a 10 años después del embarazo en mujeres que tuvieron preeclampsia(3).
La Enfermedad Renal Crónica (ERC) es una patología
definida como la presencia de alteración estructural o funcional renal que
persiste más de 3 meses, con o sin deterioro; o filtrado glomerular menor a 60
ml/min/1.73 m2 sin otros signos de enfermedad renal(3).
La albuminuria es un signo de enfermedad renal y
significa que el paciente tiene exceso de albúmina en la orina. La albúmina es
una proteína que se encuentra en la sangre. Se ha señalado que la proteinuria
(albuminuria) es secundaria a inflamación de células endoteliales, y en
distintos estudios se menciona que los trastornos de los podocitos (una célula
renal) y proteínas específicas de los podocitos se verán gravemente afectados
por la presencia de preeclampsia (4). El daño de los podocitos y su
diseminación pueden afectar la función renal años después de los embarazos que
presentaron preeclampsia(3). Estudios clínicos respaldan que las mujeres con
este antecedente tendrán mayor riesgo futuro de albuminuria y desarrollo de ERC
en etapa terminal(3).
Entonces, la preeclampsia puede representar un factor
de riesgo para la ERC a largo plazo, pero su vez la ERC es un factor de riesgo
para padecer preeclampsia, ya que en los casos de la nefropatía diabética e
hipertensiva, puede producirse una placentación anormal, dado que conjuntamente
con los vasos renales están afectados los de todo el organismo, incluidos los
uterinos ocasionando al final todo el cuadro de la preeclampsia(5).
Existen varios estudios que relacionan en ambas
direcciones la ERC y la preeclampsia. Agregando así otro pilar de importancia
al control de marcadores renales durante el embarazo, sobre todo ante los
trastornos hipertensivos, pero también la valoración de los antecedentes
obstétricos cuando se realiza la anamnesis del paciente con sospecha de
morbilidad crónica, ya que de las pacientes con ERC el 80% refiere antecedente de preeclampsia(3);
tomando en cuenta que en pacientes mayores de 35 años con antecedentes de
preeclampsia la probabilidad de padecer enfermedades renal crónica es de 0.77(3).
Ambos trastornos son de importancia para la salud pública por lo que deben de
tener seguimiento y evitar ser olvidados o subdiagnosticados.
La importancia de la relación entre la ERC y la
Preeclampsia debería de verse reflejado durante el control prenatal, no solo
como una complicación obstétrica inmediata sino a largo plazo para la madre. El
indagar si en embarazos previos presentó trastornos hipertensivos permite
considerar la presencia de enfermedad renal crónica, y una mejor valoración de
la proteinuria durante el actual embarazo. También se debe investigar
antecedentes de preeclampsia en pacientes con sospecha de enfermedades no
transmisibles.
En el primer nivel de atención, durante los controles
prenatales, se debe de realizar la búsqueda de proteinuria mediante tiras
reactivas. Sin embargo, existiendo el antecedente de preeclampsia previa no se
realiza el estudio para ERC, por lo que debería incluirse en los lineamientos
de atención prenatal de primer nivel a embarazadas, en las guías de buenas
prácticas o agregándose en las normas de seguimiento hospitalario al encontrar
proteinuria.
En El Salvador no existen investigaciones experimentales
que correlacionen la preeclampsia y la ERC; esto representa un vacío de
conocimiento para el país, ya que hay gran incidencia de ERC e incidencia alta
de trastornos hipertensivos del embarazo.
Sería de vital importancia un estudio de esta relación para tener un
panorama real acorde al contexto del país.
Referencias Bibliográficas:
1.
Cararach, V., Botet Mussons, F.; Preeclampsia. Eclampsia y
síndrome HELLP.; Barcelona; Asociación Española de Pediatría; 2008.
2.
Aguirre, O.; Buitrago, C.; Nefrología Básica 2:
Enfermedad renal en la paciente obstétrica.; Colombia; Editorial La Patria
S.A.; 2012.; p. 357 - 370
3.
Villareal, E., et al.; Association between preeclampsia and
chronic kidney disease; México; Revista de nefrología, diálisis y trasplante;
2019.
4.
National Institute of Diabetes and Digestive and
Kidney Diseases (NIH).; Albuminuria: albúmina en la orina.; Estados Unidos;
Instituto Nacional de la Diabetes y las Enfermedades Digestivas y Renales
(NIDDK, por sus siglas en inglés); 2016
5.
Cruz Hernández, J., et al.; Factores de riesgo de
preeclampsia: enfoque inmunoendocrino. Parte I.; Cuba; Rev Cubana Med Gen
Integr; 2007.
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