Ir al contenido principal

Una década en la integración de Sudamérica: límites y perspectivas en salud


Una década en la integración de Sudamérica: límites y perspectivas en salud

Marcela Belardo

La Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) es un intento de instauración de un paradigma alternativo en materia de integración de los 12 países de la región. La creación de este organismo internacional respondió a una visión geopolítica basada en principios como independencia, soberanía, solidaridad y complementariedad entre los países-miembros. Esta iniciativa de carácter eminentemente político e intergubernamental surgió con la finalidad de generar autonomía regional en una gran diversidad de aspectos (salud, defensa, infraestructura, energía, educación, desarrollo social y cultural, etc.), potenciando la escala y los esfuerzos individuales, y con el propósito de sentar posiciones comunes en el escenario mundial. A una década de existencia a favor de la integración, la experiencia de UNASUR hoy parece verse amenazada por el surgimiento de líderes conservadores en la región.

Entre 2011-2016 el mayor financista de UNASUR fue Ecuador a través de las cuotas anuales y fundamentalmente a través de la construcción de su sede radicada en Quito. En un segundo lugar se posicionó Brasil y en tercer lugar Argentina. 





En el 2017 el principal contribuyente de UNASUR fue Brasil con casi un 40% del monto total, y le siguieron Argentina (16,52%) y Venezuela (11,60%). A pesar del golpe parlamentario en Brasil con la consecuente instauración de un gobierno anti-popular y el triunfo de un gobierno conservador en Argentina, ambos países continúan siendo los mayores financiadores del organismo. Venezuela, que atraviesa una importante crisis política y económica, aún así continua priorizando el proyecto que fuera una de las principales banderas de la revolución bolivariana. 




En el marco de los principios rectores del organismo (respeto a la soberanía, autodeterminación de los pueblos, democracia, derechos humanos, etc.) se crea en 2008 el Consejo de Salud Suramericano (CSS) para promover políticas comunes y actividades coordinadas entre los países miembros. Esta instancia, integrada por los 12 ministros de salud de los países-miembros, fija los objetivos en materia de salud a partir de planes quinquenales. El Consejo está integrado por cinco Grupos Técnicos[1] y por seis redes estructurantes[2] compuestas por diferentes instituciones. Esta agenda de salud suramericana supone un modelo de cooperación horizontal que implica que todos los representantes de los países deben consensuar las futuras políticas de alcance regional. UNASUR cuenta con dos estructuras permanentes de trabajo: una que depende del Consejo de Defensa y otra dependiente del Consejo de Salud. El Instituto Suramericano de Gobierno en Salud (ISAGS) surgió en 2010 como una estructura de apoyo permanente para generar información y producir conocimiento, formar líderes en salud y asesorar técnicamente y posibilitar la formulación de políticas innovadoras de gestión para las instituciones y sistemas de salud de los países-miembros. En 2016 su estructura se consolidó, incorporando un mayor número de especialistas a su staff permanente. Del total del presupuesto anual ordinario de UNASUR que ronda unos 10 millones de dólares, un 10% se destina al área de Salud.[3] Según datos oficiales, la inversión en proyectos para el año 2013 fue de un millón de dólares[4] y en 2016 fue de 709,3 mil dólares.[5] Las iniciativas del ISAGS son diversas (talleres, reuniones, seminarios, proyectos de investigación, elaboración de documentos técnicos) pero se pueden destacar tres proyectos (financiados a través del Fondo de Iniciativas Comunes de UNASUR que son aportes exclusivos de los Estados- miembro): el Banco de Precios de Medicamentos (140 mil dólares, finalizado); el Mapeo de capacidades productivas de medicamentos (83 mil dólares, recientemente iniciado) y el Plan Integran para el cáncer de cuello de útero (200 mil dólares, a la espera de aprobación).

En junio de 2017 se realizó una reunión entre los miembros del MERCOSUR, en la cual se analizó la compra conjunta de medicamentos para HIV, hepatitis C y medicamentos oncológicos. Según algunas estimaciones, esta compra conjunta podría significar una ahorro del 33% en relación a las compras realizadas individualmente. Otras acciones destacadas fueron los posicionamientos comunes de la región ante la OMS en lo concerniente a acceso a medicamentos, reforma de la OMS y sus asuntos administrativos y financieros, sistemas de salud universales, vigilancia y respuesta, y recursos humanos en salud.   

A 10 años del surgimiento de UNASUR podemos decir que la salud tuvo un lugar destacado en su agenda. En términos geopolíticos más generales, Brasil fue uno de los países que motorizó las relaciones de cooperación con los países del Sur a través de su vigorosa y dinámica diplomacia (aunque también con una política intervencionista como en el caso de Haití). Asimismo, durante los gobiernos de  2003-2015, la salud tuvo un rol destacado en la agenda de la política externa brasilera, principalmente en lo que concierne al rol de diferentes instituciones (universidades, centros de investigación, escuelas de salud pública, ministerio de salud, etc.) en la formación académica y técnica para fortalecer los sistemas de salud de la región.

Venezuela ha sido otro pilar fundamental, aportando los valores y principios democráticos que han caracterizado al organismo. Esos valores, principios y enfoques alternativos en salud (salud como derecho humano y no como mercancía, énfasis en el enfoque de los determinantes sociales de la salud, privilegio de los sistemas universales de salud por sobre la cobertura universal de salud) se incorporaron al organismo gracias a los esfuerzos intelectuales y militantes de un grupo de profesionales comprometidos, pertenecientes a la larga tradición de la medicina social latinoamericana/salud colectiva, quienes visualizaron una oportunidad para incidir tanto a nivel nacional como regional.

Este marco conceptual permite que UNASUR-Salud debata lineamientos de política sanitaria en lugar de “programas” para enfermedades específicas, como tradicionalmente lo hace la Organización Panamericana de la Salud (OPS), lo que lleva a que en nuestro se países se impongan programas "enlatados" diseñados en Washington.

Lograr posiciones conjuntas ante organismos internacionales como OMS y OPS fortalece nuestra región al contar con una mayor incidencia y margen de negociación. Por su parte, la decisión de que UNASUR se financie exclusivamente con los aportes de los países, colocando fuertes restricciones a fondos de terceros (con excepción de que todos los cancilleres decidan lo contrario) también ha sido una decisión acertada. Por último, que las decisiones se adopten por consenso ha generado que esas decisiones adquieran mayor peso político y legitimidad.

No obstante, algunas de las fortalezas que señalamos anteriormente pueden convertirse en debilidades o limitaciones. El hecho de que las decisiones sobre políticas se adopten por unanimidad otorga mayor poder y legitimidad a las medidas. Sin embargo, cuando la representación política de los países-miembros cambia significativamente, forzosamente la UNASUR, en un contexto de intereses diferentes y visiones ideológicas contrapuestas, puede ingresar en una situación de estancamiento. Por ejemplo, UNASUR no tiene Secretario General desde hace un año, cuando Ernesto Samper finalizó su mandato en enero de 2017.

Respecto a la recomendación de políticas públicas, los organismos regionales armonizan enfoques pero no son ámbitos ejecutores de políticas ni sus propuestas tienen fuerza de ley. Luego, pueden existir consensos generales, pero cada país instrumenta ese consenso de manera diferente, hasta opuesta. Por ejemplo, existe consenso general acerca de la necesidad de la universalización de la salud. Sin embargo, Argentina interpreta esta universalización de un modo muy diferente de cómo lo hace Bolivia.

Pese a los grandes objetivos proclamados, el financiamiento destinado a los proyectos comunes de salud ha sido notoriamente exiguo. Asimismo, si bien se realizó un estudio (banco de precios de medicamentos) para determinar la factibilidad y potenciales beneficios de la compra conjunta por parte de los gobiernos de UNASUR de medicamentos de alto costo, llegándose a la conclusión de que tal medida permitiría un considerable ahorro de recursos públicos a los países miembros, hasta el momento tal iniciativa aún no fue puesta en funcionamiento. En suma, no parece existir correspondencia entre los objetivos proclamados y las acciones adoptadas, tanto a nivel de políticas concretas como de los montos del financiamiento asignado.
Por último, a pesar de que varios artículos del Tratado Constitutivo de la UNASUR proclaman la participación ciudadana en salud no se efectivizó ni institucionalizó esa participación popular. Este hecho resulta aún más grave en un contexto de retrocesos democráticos y de re-instauración de gobiernos conservadores en la región.





[1] Los Grupos Técnicos son: Red de Vigilancia y Respuesta en Salud; Desarrollo de Sistemas de Salud Universales, Promoción de la Salud y Acción sobre los Determinantes Sociales, Acceso Universal a Medicamentos y Desarrollo y Gestión de Recursos Humanos
[2]  Las redes estructurantes son: Red de Institutos Nacionales de Salud (RINS), Red de Escuelas Técnica en Salud de Unasur (RETS), Red de Institutos e Instituciones Nacionales de Cáncer (RINC), Red de Escuelas de Salud Pública de Unasur (RESP), Red de Gestión del Riesgo de Desastres y Red de Oficinas de Relaciones Internacionales y de Cooperación Internacional en Salud (REDSSUR-ORIS).
[3] Ver “Presupuesto de gastos y aplicaciones financieras por programas y partidas del ISAGS”. Disponible en: http://www.itamaraty.gov.br/images/ed_integracao/docs_UNASUL/RES014.2016.pdf
[4] Disponible en: https://repo.unasursg.org/alfresco/service/unasursg/documents/content/UNASUR_CMRE_RESOLUCION_No_20_2012__PRESUPUESTO_DEL_INSTITUTO_SURAMERICANO_DE_GOBIERNO_EN_SALUD_(ISAGS)_DEL_CONSEJO_DE_SALUD_SURAMERICANO.pdf?noderef=3a3d5401-b352-425f-b311-3961b7f41bc9
[5] Disponible en: https://repo.unasursg.org/alfresco/service/unasursg/documents/content/UNASUR_CSS_DECLARACION_No_03_2015__APROBAR_EL_PLAN_OPERATIVO_ANUAL_Y_PRESUPUESTO_DETALLADO_PARA_EL_A%C3%91O_DE_2016_(POA_2016)_DEL_INSTITUTO_SURAMERICANO_DE_GOBIERNO_EN_SALUD_(ISAGS).pdf?noderef=28a161a0-a25e-4663-8b3b-5ca67787bfc3

Comentarios

Entradas populares de este blog

Diez retos en salud de El Salvador 2019-2024.

Diez retos en salud de El Salvador 2019-2024. Dr. Víctor Rivera, MsP. Posterior al contundente resultado de las elecciones presidenciales donde la fórmula Nayib Bukele (presidente electo) y Félix Ulloa (vicepresidente electo) resultaran ganadores en primera vuelta [1] en El Salvador, acontecida en febrero de 2019, es necesario compartir los principales retos en salud que deben afrontarse para lograr impactar favorablemente en los indicadores sanitarios durante el quinquenio 2019-2024, siendo los siguientes: 1.     Asignación de más fondos para la salud, implica aumentar el porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB) para el funcionamiento del sector salud; que permita avanzar con el expediente clínico electrónico, mantenimiento oportuno y mejoramiento permanente de las instalaciones sanitarias, adquisición de transporte adecuado de diferentes tipos (desde ambulancias, vehículos livianos para las grandes ciudades hasta camiones de transporte de materiales), desarrollo de

Escalafón de salud, punto pendiente

Escalafón de Salud, punto pendiente. Víctor Rivera, Md MsP. Se entiende como escalafón salarial de salud, al derecho al aumento del 3% al 5% del salario del año anterior, a partir de la evaluación del desempeño realizado por su jefatura inmediata, además del 3% a partir de los cinco años de antigüedad, que se aplica a los empleados del Ministerio de Salud (MINSAL) en cumplimiento a la Ley de creación del escalafón del MSPAS (ahora MINSAL), vigente desde abril de 1994. Dicho derecho también lo gozaban los empleados del ISSS, pero en el marco de negociaciones fue suspendido durante la administración de Ana Vilma de Escobar, cuando fungió como Directora del ISSS, en la Administración de Francisco Flores, entre 1999 al 2004. A pesar de la vigencia de la mencionada Ley, en el MINSAL no se aplicó el escalafón salarial de manera constante todos los años, fue hasta el 2009 que se reconoció de manera ininterrumpida, situación que llamó la atención en la Administración de Mauricio F

Seguridad Vial en El Salvador

Impacto de los accidentes de tránsito en El Salvador Víctor Rivera MD MSP Red de Sistemas y Políticas de Salud de ALAMES Movimiento por la Salud Dr. Salvador Allende Nos encontramos con datos demoledores sobre la morbimortalidad en El Salvador a causa de los accidentes de tránsito [1] , el Viceministerio de Transporte informó en la tercera semana de agosto de 2017, que se registran un promedio de sesenta accidentes de tránsito a diario en todo el país, con un promedio de 3.4 víctimas diarias y veinticinco personas lesionadas; por ello es necesario estudiar desde la Medicina Social-Salud Colectiva dicho fenómeno para lograr identificar las causas de las causas, ya que los abordajes o métodos utilizados para explicarlo en la actualidad son limitados a las causales finales del accidente, con responsabilidad del conductor y falla mecánica, sin plantear las condiciones sociales que ocasionan que dichos eventos se repitan y propaguen con proyecciones de aumento [2] , ni mucho menos