Entre el TPS, el Éxodo Salvadoreño y la
Posverdad
Antonio Hernández, MD. MSP.
Red de Sistemas y Políticas de Salud de ALAMES
Movimiento por la Salud Dr. Salvador Allende
Este lunes El Salvador recibió el
anuncio oficial correspondiente por parte del Departamento de Seguridad
Nacional de los Estados Unidos de América, a través del que se comunicó la prórroga para la suspensión al Estatus de Protección
Temporal (TPS) por un período de 18 meses más, con vigencia hasta el 9 de
septiembre de 2019.
La amenaza de un éxodo de cerca de
200,000 salvadoreños implicaría un grave impacto a la economía doméstica y
nacional al verse afectadas el envío de las remesas familiares, la cual es
usada en su mayoría para consumo. También representa un nuevo escenario social
y todo un reto para el Estado salvadoreño a través de sus instituciones y la Política
Nacional de Protección y Desarrollo de la Persona Migrante Salvadoreña y su
Familia publicada el año pasado.
Por otra parte, es interesante
advertir el manejo mediático que se ha hecho sobre la suspensión del TPS en las
redes sociales y grandes medios de comunicación, los cuales han hecho uso de la
posverdad para generar un pesimismo en la opinión pública. La posverdad, conocida como mentira emotiva, es un nuevo
término que describe la distorsión de una realidad a propósito, con el fin de generar
o cambiar la opinión pública e influir en las actitudes sociales en la que los
hechos objetivos tienen menos influencia que las apelaciones a las emociones y
a las creencias personales[1].
La posverdad se construyó a partir
de un evento organizado por diferentes movimientos sociales en la que
asistieron líderes del partido de Gobierno en donde se leía una pancarta con la
leyenda “Yankees Go Home”, evento que fue condenado por la embajada
norteamericana. Esto generó diversas críticas en medios de comunicación de la
oposición, insinuando y atribuyéndole a este hecho, la decisión de la suspensión
del TPS como una consecuencia directa.
A pesar de que la Cancillería
salvadoreña se ha manifestado explicando que no ha sido una anulación del TPS
sino una prórroga que permitiría a muchos salvadoreños regularizar su situación
migratoria, los medios de comunicación nacionales han presentado el hecho como
una medida catastrófica e irreparable producto de contar con un gobierno de
izquierda con un partido que se declara antiimperialista.
Lo que oculta la posverdad es que el
TPS de El Salvador fue instaurado en 2001 como respuesta humanitaria de
carácter transitorio para ayudar al país tras los dos terremotos ocurridos ese
año y que la prórroga otorgada para los salvadoreños con TPS es el resultado
del lobby político de diferentes actores nacionales en Washington.
Tampoco se aclara que esta es una
política migratoria de EEUU para la región y que se concreta en la decisión de
expulsar a casi 200,000 salvadoreños sumado
a los 58,557 haitianos y 5,306 nicaragüenses en la que la administración de
Trump les ha suspendido el TPS
dejándolos al borde de la deportación. Se espera que también se ejecute la
misma medida para Honduras cuya prórroga llega hasta Julio de este año.
EEUU ha demostrado en la historia
que no guarda prejuicios ideológicos en su política exterior al haber mantenido
relaciones diplomáticas y comerciales con otros países con sistemas políticos
diferentes al norteamericano como Rusia y China, por ejemplo. Más bien, es posible inferir que más allá de
una diferencia ideológica, es que podría haber intereses geopolíticos detrás de
esta medida, como parte de lo que muchos llaman el Plan Cóndor 2.0, elemento
que obedece más a una lógica proteccionista y de recuperación ante su crisis
económica, que a un golpe ideológico.
Finalmente, tampoco hay que ser
inocentes y olvidar el largo historial de sanciones económicas impuestas a
países latinoamericanos con el ánimo de volver sumiso y doblegar la soberanía
nacional. Actualmente pueden identificarse otras medidas similares como la
disminución de la cooperación norte sur en varios países a través de USAID, el
condicionamiento político y económico para préstamos, entre otros. Esta crisis
puede ser una oportunidad para desarrollar un nuevo tipo de cooperación Sur Sur
y buscar formas alternativas de desarrollo que sustituyan al capitalismo
dependiente imperante, sobre todo en los países de Centroamérica y el Caribe.
[1]
Fundéu BBVA. Posverdad, mejor que post-verdad. Fundeu-es (Editado 17 de
Noviembre de 2016, Consultado 18 de Enero de 2018) Disponible en https://www.fundeu.es/recomendacion/post-truth-post-verdad-pos-verdad/
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