Propuestas para solucionar la deshumanización de los servicios de salud.
Verónica Contreras
En el presente texto
descriptivo se comparten las generalidades de la importancia de considerar el
enfoque de cultura ciudadana en los procesos de investigación y acciones de los
servicios de salud de primer, segundo y tercer nivel de atención como una
solución para la deshumanización de los servicios de salud.
Es fundamental iniciar a través de una
estrategia de comunicación intensificada y una estrategia de intervención
directa con referentes de las áreas de educación, investigación y docencia del
sector salud, una estrategia general de cultura ciudadana que ayude a promover
la integración interdisciplinaria y la efectiva relación con los participantes
de proceso investigativos y usuarios de los servicios de salud ya que esto
puede promover la integración, generar
un proceso de apropiación y fortalecer la humanización.
La cultura ciudadana se define como el conjunto de
valores, actitudes, comportamientos y normas compartidas que generan sentido de
pertenencia, impulsan el progreso, facilitan la convivencia y conducen al
respeto por el patrimonio social y colectivo.
Uno de los principales objetivos de la cultura
ciudadana es generar capital social, que se traduce en la capacidad de
interactuar y colaborar entre personas e instituciones, orientada a la
obtención del bienestar colectivo, lo cual, en
función del desarrollo de procesos de investigación,
implica caracterizar a profundidad a la población y tomar en cuenta todo ese
conjunto de valores, comportamiento, etc., generando un proceso respetuoso de
las condiciones de cada grupo poblacional en un
marco de ética. Asimismo en los servicios de salud la implementación de
una estrategia de cultura ciudadana que promueva la articulación efectiva de
los talentos y recursos se traduce en aspectos tan importante como la calidad
en la atención y calidez humana.
¿Qué normas guían estos aspectos en los procesos
sociales como la investigación y la atención en salud?
·
Hay algunas normas formales o legales
·
Otras son morales (lo que la conciencia
nos dice que está bien o mal)
·
Pero también hay reglas sociales (lo que
está bien visto o mal visto)
Sobre las normas formales o legales se debe indagar y
reflexionar sobre cuál es el marco legal que regula los procesos y el
cumplimiento de estos o no; ya que socialmente es importante preguntarnos si es
por reconocimiento y respeto hacia ello o por simple temor a las sanciones que
el mismo marco legal describa ante el incumpliendo. Esto dará un parámetro de
los métodos pedagógicos requeridos para desarrollas procesos de sensibilización
que suscite la humanización como un objetivo primordial. La regulación legal
debe garantizar la coherencia en su rol general de protectora del ciudadano,
como un proyecto transversal de la acción en la tarea de construir beneficio
ciudadano
En relación a las normas morales, éstas reflejan lo
que la “conciencia” dice que es positivo o negativo, creando un beneficio colectivo
y real ya que permite valorar a las personas con su conjunto de elementos
culturales y como sujetos de derechos, y a su vez también crea una
gratificación en quienes generan estos beneficios, por ello es importante
trabajar en este planteamiento que parte de una consideración estrictamente
fundamentada en motivaciones de carácter moral y cultural así como en la
satisfacción de ejecutar los procesos en el marco de principios interiorizados.
Por
otra parte, las normas sociales (normas que tienen en general el formato: “Yo
no hago esto porque es inaceptable para mi comunidad profesional”), es una
regla básica de conducta en la que la sociedad ejerce una regulación cultural
en las personas y sus emociones asociadas a la vergüenza que opera fuertemente
en la cotidianidad aunque no se repare en su efecto. Un comportamiento tan básico o común (como ponerse
ropa todos los días) está gobernado principalmente por estas normas, esto implica analizar los elementos en un sentido
más sociológico y antropológico en términos de humanización de los servicios de
salud (1).
La cultura ciudadana contiene una visión positiva
de la integración e integralidad en los recursos y talentos de todos los procesos
y promueve la valoración por distintos proyectos, cumplimientos de acuerdos y
leyes en un cuadro de confianza interpersonal e institucional, la
representación positiva del otro y el interés por el cuidado de lo público.
Todas estas condiciones promueven el fortalecimiento institucional
como una condición necesaria, más no suficiente, para lograr un mayor
desarrollo social. Las buenas instituciones deben estar acompañadas de una
cultura ciudadana ya que esto puede abrir espacios formales de participación
para la formulación de las políticas públicas, dar mayores herramientas legales
para la defensa de los derechos ciudadanos y replantear las estrategias de
comunicación social (2).
Referencias Bibliográficas:
1. Antanas Mockus, Henry Murraín, María Villa. Antípodas de la violencia:
Desafíos de cultura ciudadana para la crisis de (in)seguridad en América
Latina. New York: © Banco Interamericano de Desarrollo; 2012
2. Fundación
Ciencia Ciudadana, Guía para conocer la Ciencia Ciudadana, [en línea]. Santiago
de Chile: © Dinka Acevedo Caradeux [fecha de acceso 26 de marzo de 2019]. URL
disponible en:
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