Las parteras como valor
comunitario.
Compilador: José Ernesto Flores González,
Red de Movimientos Sociales de la
Asociación Latinoamericana de Medicina Social.
Movimiento por la Salud Dr.
Salvador Allende.
Red Jarilla de Plantas saludables
de la Patagonia.
En el presente artículo se plasman las vivencias, sentipensares, saberes
y haceres de algunas mujeres del Municipio de Rosario de Mora y Panchimalco
desde sus inicios como parteras. El texto es de carácter descriptivo, su
elaboración es reflexiva-crítica y tiene una revisión histórica necesaria, pues
expone la práctica de la partería como herencia que se transmite de generación
en generación desde la oralidad y sus saberes naturales y ancestrales, destacan
el reconocimiento comunitario de las parteras en la actualidad e intenta
plasmar su forma de apreciar la vida en la actualidad.
En el marco del reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas,
es importante mencionar el esfuerzo organizativo de las parteras desde la
perspectiva comunitaria y ancestral. En 2017 se inició la conformación de la
Asociación de Partería Indígena y Comunitaria para una Maternidad Feliz y
Segura (ASPARINCO), dicho esfuerzo está dirigido a generar autonomía de las
parteras organizadas a nivel local, extendiendo la convocatoria a nivel
nacional para conformar una mesa de diálogo permanente, entre parteras y para
parteras.
La
partería es el ejemplo humano de una cuádruple discriminación, por ser
practicada PRINCIPALMENTE por mujeres
indígenas, pobres y parteras. Es la práctica de vida menos valorada por la
sociedad capitalista. No obstante, sabemos que la práctica puede cambiar la sociedad si cambiamos la forma
de nacer a través de la bienllegada a este mundo en un marco de respeto y
amor por la vida.
En El Salvador en las últimas décadas del siglo XX, la
partería tuvo un periodo de “capacitación” por diferentes organizaciones
gubernamentales y no gubernamentales ubicándola en una posición peligrosa por
la medicalización[a] de la misma. En las primeras décadas del siglo XXI,
ha sufrido un nuevo ciclo de negación mediante la minimización y el intento
continuo de invisibilizar estos saberes y prácticas de parte de las autoridades
de Salud.
Urge
cambiar muchos paradigmas de vida; por ejemplo, se debe pasar de la resistencia
a la reexistencia, no se puede seguir anclado en los esquemas de lucha que
impone el sistema ni pensar que se debe estar sometido siempre al sacrificio. Es primordial la construcción de nuevos
esquemas para cambiar la realidad, por ejemplo: Reexistir, repensar, rehacer desde
la alegría con la abundancia espiritual que las hermanas plantas comparten con
nosotros y toda la simple-complicada belleza que regala la Madre Tierra a la
cual se le debe nuestra existencia. La “sociedad blanca” discrimina y niega los
procesos de vida en las comunidades indígenas empobrecidas por las políticas
que defienden los intereses económicos extranjeros, romper con ese esquema solo se hará desde lo colectivo, propiciando
la autodeterminación y es la Partería que puede, desde su práctica ancestral,
mostrar otra mirada desde sus haceres y saberes, los Estados por su parte suelen
promover una política para atacar, prohibir, discriminar y ridiculizarla.
La Partería es un
fenómeno de vida, no un problema de salud
Ahora
es importante hacer un recorrido histórico a nivel nacional de cómo
paulatinamente se ha institucionalizado-medicalizado el parto, tomando en
cuenta que no se trata de promover los partos comunitarios sino de considerar
que la partera es una mujer con conocimiento ancestral capaz de identificar
complicaciones y hacer las referencias correspondientes hacia donde sea
necesario:
Clínica de puericultura.
Surge con el objeto de dar proyección más práctica a los concursos infantiles
de salud y robustez que se celebran cada 25 de diciembre en toda la República,
se fundó en la Dirección de Sanidad la Clínica de Puericultura a cargo del Dr.
Manuel Zúniga Idiáquez. Durante el corto período que lleva de existencia, se ha
atendido a 271 niños y 86 embarazadas. En los 5 lunes anteriores al último
Concurso de Salud y Robustez se dieron conferencias de puericultura. (1)
Los esbozos de lo que hoy es el Ministerio de Salud inicia un
23 de Julio de 1900, bajo el nombre de Consejo Superior de Salubridad,
dependencia del Ministerio de Gobernación. En 1930 se aprueba un nuevo Código
de Sanidad, en ese mismo año se establece la primera clínica de puericultura
ubicada en San Salvador (2).
Es
hasta el 20 de abril de 1954, que el Hospital Nacional de Maternidad abre sus
puertas al servicio público (3, 4).
Para
dimensionar el liderazgo natural que las parteras tienen en las comunidades se
acoteja el siguiente análisis para su consideración: Los primeros registros
médicos de partos institucionalizados datan del siglo XVIII en algunos lugares de Europa (no existen
registros institucionalizados de esa época en Latinoamérica), fue hasta 1930
que se crea la primera clínica de puericultura en San Salvador por un código de
sanidad y hasta el 20 de abril de 1954 que se inaugura el primer Hospital
Nacional de Maternidad en San Salvador atendiendo los partos de sus alrededores
(algunos barrios). Décadas posteriores se inicia la atención de partos hospitalarios
en otros departamentos en el sector público y privado (a partir de 1970,
principalmente en las grandes ciudades del país). Y no es hasta la declaratoria
de la gratuidad de los servicios de salud y la ampliación de maternidades en
todos los hospitales departamentales en el 2009, en donde todas las mujeres
pueden acceder sin costo alguno a las atenciones de sus partos en el nivel
hospitalario, lo que comprueba retrospectivamente que durante todo ese tiempo
han sido las parteras que han ayudado a traer a todos los seres humanos a este
mundo.
Partera/o es…
Quien
con sus propios medios atiende a mujeres embarazadas, antes, durante y después
del parto; las acompaña con su don,
hace del embarazo un proceso natural y especial, trabaja voluntariamente sin
importar la distancia, la hora, la festividad o lo peligroso del lugar, él o ella
siempre estará dispuesta. Da consejería a través de un dialogo sencillo pero
lleno de amor y ternura, además se acompaña de la herbolaria, cantos o
rituales, para hacer de sus atenciones una actividad de vida. Detecta y
previene enfermedades y refiere cuando es necesario.
A
las mujeres y hombres con el Don de la partería el sistema colonialista
capitalista hegemónico y patriarcal dominante ha marginado, invisibilizado y
estigmatizado por sus prácticas de vida a nivel nacional. Es el momento de
generar oportunidades de fortalecer y reivindicar las formas y modos de vida
basadas en la reciente modificación del artículo 63 de la Constitución de la
República, en donde el Estado reconoce a los pueblos indígenas y adoptará
políticas a fin de mantener y desarrollar su identidad étnica y cultural,
cosmovisión, valores y espiritualidad. Se ha creado a raíz de esa modificación
la Ley de Cultura, se ha firmado de parte del Presidente de la Republica la
Política Pública para los Pueblos Indígenas de El Salvador y la Política
Nacional de Salud de Pueblos Indígenas.
Referencias Bibliográficas
1.
Oficina Sanitaria
Panamericana. La Sanidad en El Salvador, trabajos realizados por la Dirección
General de Sanidad de El Salvador y sus dependencias durante el año de 1929.
San Salvador: OSP; 1930.
2. Ministerio
de Salud [Internet], San Salvador: MINSAL; 2015 [Actualizada en Agosto 2015;
acceso el 22 febrero 2019]. Disponible
en http://www.salud.gob.sv/historia/
3.
López Mendoza JL, Maravilla Lemus LB.
Tesis: Diseño de un plan estratégico de marketing de servicios para mejorar la
atención a los pacientes en los hospitales públicos del tercer nivel ubicados
en el Área Metropolitana de San Salvador. Universidad Francisco Gavidia. 2008.
Pág. 8 Disponible en http://ri.ufg.edu.sv/jspui/handle/11592/7056
4.
O'Dowd MJ, Philipp EE. Historia de la
Ginecología y Obstreticia. Edika Med. 1995.
[a]
La Partería es considerada una actividad independiente de la medicina, pero a
la vez son complementarias, la medicalización es la invasión innecesaria que se
hace de parte del personal médico hacia la tarea de las parteras quienes son
precisamente eso, parteras. Es importante no considerarlas como médicos
especialistas o médicos residentes; se invade con el lenguaje médico hasta con
algunas actividades exclusivas de la carrera de medicina, el respeto es la
búsqueda de un equilibrio y una articulación para las atenciones preventivas de
las parteras y las curativas del personal médico.
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