EL DAÑO SOCIAL QUE GENERA EL OPORTUNISMO
AL
INTERIOR DE LAS ORGANIZACIONES.
Eduardo Quiquia.
6 de febrero del 2019
Según la Real Academia
española, define al oportunista como la: “Actitud
que consiste en aprovechar al máximo las circunstancias para obtener el mayor
beneficio posible, sin tener en cuenta principios ni convicciones, se usa sobre
todo en el ámbito político y tiene connotaciones negativas”. De esa
definición se desprende que oportunista es toda persona interesada, voluble,
cambiante en cuanto a criterio y posiciones dentro de una determinada
organización (partido político, gremios sindicales, colegios profesionales
etc….), son apátridas, defensores fanatizados y fundamentalistas de los
gobiernos de turno, dispuesto a asumir cualquier postura para garantizar tener
llena su billetera o cartera, sosteniendo que son “técnicos al servicio del Estado”
y cuando asumen cargos por lo general,
el poder los marea, elevando su ego personal, son egocéntricos, cínicos, además
de ser fanfarrones y débiles académicos, epidérmicos en
conocimiento pero con toneladas de
acreditaciones del sistema.
El oportunista es un
desclasado social, una especie de Judas, traidor y mercenario “apolítico”, en
el proceso de la lucha de clases, es un ardiente defensor del status quo; por
ejemplo, si es partidario por interés, de ideas liberales, de políticas
privadas del libre mercado, se declara un furibundo enemigo de las concepciones
políticas progresista, a las que ataca de totalitarias y enemigas de la
libertad individual. Descalificando las propuestas democráticas, so pretexto
que no las entiende, de que las iniciativas progresistas se oponen a todo.
Es evidente que en el Perú,
se ha generado una cultura del oportunismo lucro arribismo con mayor incidencia
desde la década de los 90, constituido
básicamente por personas de las capas medias, de profesionales que en su
adolescencia cumplieron su servicio
cívico obligatorio progresista en las Universidades, hoy emulado por otro grupo
de profesionales que también pretender llegar al poder para saciar sus
aspiraciones personales a nombre de sus afiliados al cual representan
burocráticamente, se encuentran infiltrados en casi todas las organizaciones sociales.
Los oportunistas se mantienen
en la cúspide de poder, en tanto el
partido político que lo alberga ostentan
el poder, situación que lo beneficia, teniendo cargos públicos en entidades del
Estado o Organizaciones de Colegio de profesionales, sindicatos, goza de buenas
remuneraciones, tiene un buen Status Social, con servicios de vehículos,
combustible pagados por el Estado o por
las organizaciones sociales, por ende, tiene una cuota de poder, lo cual
sin dudas, la hace sentirse Dios. Y todo ello se lo debe al funcionario de alta
dirección o partido del cual es simpatizante soterrado de turno.
El oportunismo en sus
diferentes variantes, es una correa de transmisión de una cultura de alienación,
que hace mucho daño al desarrollo de las
organizaciones, de ahí que demanda identificarlos y aislarlos, previo
desenmascaramiento técnico.
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