Cinco claves para el análisis de los resultados electorales
en El Salvador.
Antonio Hernández MD MSP
Red de Sistemas y Políticas de Salud de ALAMES
Grupo de Trabajo Salud Internacional y Soberanía Sanitaria
de CLACSO
Movimiento por la Salud Dr. Salvador Allende/ALAMES El
Salvador
Los resultados de las
recientes elecciones presidenciales en El Salvador no son una sorpresa. Ya en
nuestro anterior artículo: “Sentido
común y democracia” vaticinábamos la victoria de Nayib Bukele con amplia
ventaja y explicábamos algunas de las causas de ese fenómeno.
Sin embargo, es preciso
señalar que ha sido una gran sorpresa para el establishment político del país.
Sobre todo para sus bases quienes estuvieron receptivos a los mensajes esperanzadores
y orientaciones que tanto el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional
(FMLN) y la Alianza Republicana Nacionalista (ARENA) dieron a su militancia.
Por lo anterior hemos
sintetizado cinco claves para el análisis de los resultados electorales en El
Salvador:
1.
La campaña contra la corrupción fue un tiro por la
culata.
Desde el primer período
en la presidencia del FMLN se utilizó el tema de la corrupción de ARENA como
una bandera de lucha para desgastarlo electoralmente y lograr un segundo
período en el ejecutivo. Mientras tanto, ARENA se sumó a la campaña contra la
corrupción impulsada por la derecha continental empezando a señalar actos de
corrupción en el FMLN durante el último año.
Durante
esta recién campaña el eslogan: “Devuelvan lo robado” fue muy popular y usado
por todo mundo. El error no fue haber denunciado la corrupción, sino el no fortalecer
las instituciones públicas para la impartición oportuna de la justicia, lo que
le imprimió un aire de impunidad al asunto desgastando en gran medida el
sistema de partidos políticos y disminuyendo la credibilidad en el sistema
electoral. Esto se observa en el bajo nivel de votación, el cual fue uno de los
más bajos en el comparativo de elecciones presidenciales de este siglo.
Las
‘sensibilidades colectivas’ como diría Gramsci, se vieron afectadas al ver
actuaciones de representantes políticos alejadas de la realidad del pueblo, por
ejemplo: La ostentación de vehículos públicos lujosos, la protección a funcionarios
corruptos en lugar de mostrar castigos ejemplificantes, entre otros. Estas
contradicciones en la campaña contra la corrupción fue un arma que al final se
revirtió para golpear a ambos partidos políticos.
- El papel de las
nuevas tecnologías en la guerra política y la ingenuidad del establishment.
Durante toda la campaña
electoral hubo un desdén hacia los resultados de las encuestas realizadas por
las universidades y casas encuestadoras que desde un primer momento colocaban
como ganador en primera vuelta a Bukele.
Hubo incapacidad en ambos
partidos de reconocer que el sentido común de la población había cambiado y por
tanto se decantarían por una tercera vía inédita en el país. Por el contrario,
criticaron la campaña mediática mientras se dedicaron a realizar campañas
electorales tradicionales.
Mientras que, el equipo
de Bukele desarrolló técnicas de marketing político que se vienen usando en gran
medida desde el triunfo de Obama en EEUU, los oponentes se concentraron en
descalificar la influencia en redes sociales y criticar su inasistencia a los
debates públicos.
La campaña sucia
utilizada por los equipos de campaña de los contendientes fue la mayor en la
historia electoral de El Salvador. Memes, fake news y troll centers[1] se utilizaron para
reforzar positiva o negativamente la idea de que no había otra esperanza más
que la opción política de Bukele.
A pesar de que ARENA
intentó posicionar a su candidato en las redes sociales, rápidamente era neutralizado
con memes que lo ridiculizaban y sus errores eran amplificados por miles de
trolles.
- El cierre del
período de la posguerra y la apertura de un nuevo ciclo.
Analistas sugieren que el
ciclo de la posguerra iniciado después de los acuerdos de paz culmina con la
llegada al Ejecutivo de Nayib Bukele. Sin embargo, yo propongo que este ciclo
tuvo su cierre el 4 de Marzo de 2018, cuando después de que el FMLN sufriera su
mayor derrota electoral, insistiera en anteponer los intereses personales de la
dirección antes que realizar cambios en su estructura orgánica y en su gabinete
de gobierno.
El no corregir implicó
que el FMLN tácitamente renunció a continuar gobernando e impulsando su
proyecto político, dejando un vacío en la izquierda salvadoreña que Bukele supo
aprovechar para sumar como seguidores a veteranos de guerra, simpatizantes y
militantes del FMLN.
El gane de Bukele representa
simbólicamente el abandono del pueblo al sujeto político histórico encarnado en
el FMLN. Un abandono que no ha sido espontáneo ni sorpresivo. El Frente ha
venido decreciendo electoralmente en los últimos 10 años, ganando elecciones
contra un ARENA cada vez más decrépito.
Es así como El Salvador
se suma a la lista de países con gobiernos progresistas que han hecho un viraje
hacia el conservadurismo, que como lo ha expresado Frei Betto, es resultado de
la falta de la politización de la ciudadanía.
Este nuevo ciclo, que
algunos intelectuales lo predicen como un ciclo corto, es el resultado de la
incapacidad de los gobiernos progresistas de hegemonizar el sentido común y,
como diría García Linera, se abre paso a la llegada de nuevos gobiernos que
desarrollarán un “capitalismo zombi” incapaz de generar bienestar a la sociedad
y limitado a repetir sus viejas e infructuosas fórmulas económicas.
- El hartazgo político
como el verdadero ganador del proceso.
Es evidente que el
ausentismo electoral ha sido bastante marcado (alrededor del 60%) en este
proceso. Como lo explique en el artículo: “La
democracia en El Salvador. Avances y retrocesos”, los procesos de
despartidización de la sociedad y la desideologización de la ciudadanía están
generando un agotamiento del sistema de partidos políticos que conllevan a
someter a la democracia a través de la
dinámica de mercado, en donde ya no importa un proyecto de transformación de la
sociedad sino las promesas de un político (oferta) (aunque no tengan
viabilidad) hacia los intereses coyunturales de sectores (demanda).
La oferta electoral de
Bukele fue revelada un par de semanas antes de la elección y, a pesar de lo
inverosímil de su propuesta, esto no le importó a sus votantes; aunque pudo haber
desanimado a mucho del voto de la clase media para no asistir a las urnas.
Esta crisis de la
democracia representativa en El Salvador se presenta como una oportunidad para
debatir el cambio hacia una democracia participativa, presente en varios países
de Latinoamérica.
- Un futuro
aparentemente confuso pero con ruta clara hacia la continuidad neoliberal.
La gran pregunta que se
hacen muchos de electores y sobretodo los partidos de oposición es: ¿Cómo
estará conformado su gabinete de gobierno? De igual forma, se especula sobre el
nivel de gobernabilidad que tendrá con una bancada legislativa de diez
diputados del partido Gran Alianza por la Unidad (GANA[2]). Probablemente tenga que
recurrir a negociar con ARENA o el FMLN si quiere que los préstamos, presupuestos e iniciativas de ley se le
aprueben en la Asamblea Legislativa.
Sin embargo, la pregunta
más importante no es cómo gobernará ni con quién, sino hacia a dónde. Al revisar la plataforma presidencial que puso
a disposición, se delinean políticas de corte neoliberal con asistencia social
lo que significaría que la inercia neoliberal en la que había caído el FMLN
podría continuar siendo una constante.
Finalmente, Nayib Bukele
deberá asumir una posición integradora si quiere evitar que la tecnocracia
opositora bloquee sus propuestas gubernamentales; y esto significa, buscar a
los mejores técnicos que trabajen por el bien de las grandes mayorías proporcionándole
los mejores resultados. Así como prestar oído a los movimientos sociales que
fueron ignorados por el FMLN para construir una agenda pública que le de salida
a los mayores conflictos sociales del país y le otorgue una gobernabilidad que
probablemente necesitará.
[1]
Un troll center es un lugar desde donde se utilizan miles de perfiles falsos en
las diferentes redes sociales para generar tendencias, mostrar una mayor
audiencia, viralizar información o atacar con opiniones negativas al oponente.
[2]
El partido GANA es una escisión del partido ARENA, fundado por el expresidente
Antonio Saca y que fue el partido político que utilizó Nayib Bukele para
inscribir su candidatura a la presidencia.
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