Hacia a Donde va la Reforma de la Organización
Mundial de la Salud
Antonio Hernández, MD. MSP.
Red de Sistemas y Políticas de Salud de ALAMES
Movimiento por la Salud Dr. Salvador Allende
El
año pasado el etíope, Dr. Tedros Ghebreyesus, fue electo como el nuevo director
de la OMS. Por primera vez en los 70 años de existencia de la OMS se eligió un
director africano con un margen amplio de 133 votos a favor contra 55 de David
Navarro de Reino Unido en una elección sin precedentes.
Esta
victoria del hemisferio sur pudiera ser interpretada como un llamado de
atención a las grandes estructuras de poder y dominación al interior de la OMS
que a menudo ignoran los retos y necesidades de los países en el subdesarrollo.
El
Dr. Ghebreyesus llega en el momento de mayor crisis financiera de la
organización desde su fundación en 1948, teniendo un déficit de $456 millones
para el último año impactando en el recorte de algunos de sus programas o
incluso en el cierre de otros.
La
reducción del financiamiento de la OMS se ha venido dando en las últimas
décadas y más recientemente mientras se desarrolla una reforma institucional
que ha traído cambios drásticos en la gobernanza sanitaria. Se ha dado un
traslape en la que los Estados, sobre todo los más ricos, han ido reduciendo
sus contribuciones a tal grado que hoy
en día, el 80% de la recaudación de la organización descansa en grandes
donantes tales como la Fundación Bill y Melinda Gates[1].
Esta
reducción de los fondos afecta a programas clave como el de las Enfermedades
Crónicas No Transmisibles (ECNT), las cuales se encuentran entre las primeras
causas de morbimortalidad en países con renta baja y media.
Sin
duda que esta situación impacta en las decisiones que se toman primándose las
prioridades de los donantes antes que las políticas identificadas por los
estados miembros. A esto se suma la influencia de organismos
intergubernamentales como el Banco Mundial que han debilitado la rectoría de la
OMS.
En
ocasiones la falta de financiamiento se debe al conflicto de intereses de los
países ricos y los grandes donantes, los cuales tienen vinculaciones con la
industria. Esto se ejemplariza en los
gobiernos que se han opuesto a las regulaciones al consumo de comida chatarra
que presumiblemente se debe a que esta acción afectaría a las grandes
corporaciones quienes tienen grandes inversionistas en esos países.
El último
reporte del Secretariado de la OMS sobre la prevención y control del cáncer
refiere que hay una gran brecha en el financiamiento entre los países ricos y
pobres manifestando que sólo un 5% de los recursos globales para la prevención
y control del cáncer son invertidos en países de renta baja y media a pesar de
que la mayoría de las muertes prevenibles ocurren en estos países[2]. Este informe no propone alternativas a esta problemática pero
es urgente que se establezca una sostenibilidad financiera fortaleciendo sistemas de salud a través de
adoptar los principios de la Atención Primaria de Salud (APS).
A
través de la reforma de la OMS se debería de asegurar la contención de la
industria de alimentos ultra procesados, bebidas carbonatadas, alcohol y tabaco
para controlar las ECNT, y no lo contrario, como está sucediendo a través de
la aprobación de la participación de
actores no gubernamentales (que incluye a representantes de las grandes
corporaciones transnacionales) para el proceso de elaboración de políticas.
Debe
de priorizarse el fortalecimiento de los sistemas de salud de los países de
renta media y baja a fin de que puedan afrontar las emergencias y desastres de la
manera más efectiva desmilitarizando la respuesta de los gobiernos.
Se
debe evitar la inversión en la construcción de sistemas de vigilancia para las
enfermedades infecciosas de manera aislada, sino fortalecer toda la red de
vigilancia epidemiológica de los sistemas de salud. De esta manera se asegurará
que la agenda por la seguridad sanitaria no sea sinónimo de los países ricos
protegiéndose de las infecciones de los países pobres sino una protección para
todos, particularmente los más vulnerables.
La gobernanza
de la OMS no puede estar compartida ni mucho menos supeditada a asocios
público-privados, fundaciones filantrópicas o instituciones financieras. Estos
capitales transnacionales no son coherentes con la visión de la salud como un
Derecho y por tanto, su influencia en la toma de decisiones privilegia siempre
sus intereses[3].
El
reto del Dr. Ghebreyesus es el de impulsar una verdadera reforma en la OMS y su
operatividad en función de la mayoría más pobre del mundo. Para esto se debe de
hacerle hincapié a los estados miembros el compromiso que tienen para con las
finanzas de la OMS para que progresivamente recupere su autonomía.
Será
interesante ver si en los próximos 4 años la evidente solidaridad entre países
con renta baja y media para votar por el Dr. Ghebreyesus se mantiene durante
los debates y las decisiones sobre la salud del mundo. Hasta ahora los países
ricos han sido quienes dominan en las asambleas de la OMS.
[1] Sanders, D. The WHO’s new
African leader could be a shot in the arm for poorer countries. [Homepage on
the Internet] Cape Town: The Conversation; c2017 [Updated 2017May 24; cited
2017 Sep 07]. [about 4 screens]. Available from: http://www.theconversation.com/the-whos-new-african-leader-could-be-a-shot-in-the-arm-for-poorer-countries-78277
[2] World Health Organization. Cancer
prevention and control in the context of an integrated approach, Report by the
Secretariat. Geneve: WHO; 2016. EB140/31
[3] Global Health Watch. WHO Reform:
For What purpose? [On line], People´s Health Watch;2015.[Cited 2017 Sep
07] Available from:
http://www.ghwatch.org/sites/www.ghwatch.org/files/D1_1.pdf
Interesante artículo Antonio, ése es el camino que se debe seguir....
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