Recortando
donde no se debe.
Saúl Franco
Médico social
Bogotá, 6 de septiembre de 2017
*Artículo publicado en la edición virtual del diario El Espectador, de Bogotá.
Es al momento de asignar y gastar los
recursos, no de hacer los discursos, cuando se sabe cuáles son las prioridades
reales de un gobierno, una empresa o una familia. Las declaraciones mediáticas
con frecuencia son contrarias a la realidad concreta. Es lo que se está
confirmando actualmente en Colombia con la discusión del proyecto de
presupuesto para el próximo año.
Cinco sectores estratégicos sufren
los recortes más drásticos en dicho proyecto. Son ellos: deportes, con una reducción
del 62%; ciencia y tecnología, CyT, 42%; ambiente y desarrollo sostenible, 25%;
inclusión social y reconciliación, 18%; y cultura, 14%. Entre tanto, los
mayores incrementos los reciben la presidencia de la república y el
posconflicto, 32% cada uno. Defensa tiene incremento del 8%, salud y protección
social del 6%, y educación y vivienda mantienen los mismos montos del año
anterior.
Con razón entonces tanto los
argumentos como las movilizaciones en contra no se han hecho esperar. Algunos
deportistas alzaron su voz reclamando conciencia sobre la importancia del
deporte y la dignidad de los deportistas. Los científicos e investigadores/as del
país dejaron sus estudios y laboratorios el 24 de agosto y salieron a las calles
de varias ciudades, llamando la atención sobre la imposibilidad de construir progreso,
soberanía y paz sin invertir en investigación, innovación y cultura.
Todos los indicadores nos colocan muy
mal en ciencia y tecnología a nivel internacional. Y seguiremos peor, de
aprobarse el presupuesto en cuestión. Mientras Japón invierte el 3.6% de su PIB
en CyT y Chile el 1.4%, Colombia sólo asigna el 0.2%, a pesar de que el
presidente había prometido subir al 1%. La
inversión per cápita en CyT en 2018 sólo sería en Colombia de 1.5 dólares, mientras
en Estados Unidos, EU, es de US$1.385. Obviamente los resultados en investigaciones,
patentes, publicaciones y personas dedicadas a la investigación reflejan las
inversiones. Sólo un ejemplo: mientras Israel tiene 8.200 investigadores por
cada millón de habitantes, EU 4.000 y Brasil 800, nosotros sólo tenemos 180. Con
los recortes anunciados, la tendencia será a empeorar.
Es también alarmante el recorte para
cuestiones ambientales. De 755 mil millones de pesos en 2017, se bajaría a 564
en 2018, 25% menos. Entre tanto aumenta la deforestación, se extiende la minería
irresponsable con la naturaleza y se deterioran el aire en las ciudades, y los
páramos y las cuencas de los ríos en el campo. Claro que, guardadas las
proporciones, es una reducción un poco más moderada que la propuesta en EU por
el presidente Trump para la Agencia de Protección Ambiental, al intentar bajar su
presupuesto a una tercera parte. Está por verse si la fuerte advertencia dada
por la naturaleza con el reciente diluvio sobre Houston haga cambiar a Trump,
empeñado en negar el cambio climático e incrementar en más del 10% su
presupuesto de guerra.
No es recortando las inversiones en
el cuidado ambiental, en CyT, cultura, deportes e inclusión social y reconciliación
como se avanza hacia un país equitativo, educado y en paz. Las asignaciones
presupuestales deben expresar las verdaderas prioridades sociales. El discurso
de los gobernantes, para que no siga siendo vano o mentiroso, debe ser
coherente con las políticas y las inversiones. Y el Estado tiene muchas formas
de lograr tal coherencia, aún con limitaciones de recursos.
Anteponer el bien común a la
estabilidad macroeconómica al servicio de los intereses de unos pocos. Rescatar
del mundo de los negocios la garantía de los derechos fundamentales y la
prestación de los servicios públicos esenciales. Cortar de raíz la corrupción
que desvía los recursos y encarece los costos en los sectores público y
privado. Frenar la multimillonaria evasión de impuestos, y establecer criterios
de equidad en los recortes inevitables, son algunas de ellas. Y todas son posibles
si se mantiene la movilización social y existe la decisión política necesaria.
Comentarios
Publicar un comentario